Aunque los orígenes de la Nit de l'Albà (noche de la Alborada) no están muy claros, deben situarse en torno a la Edad Media y concretamente en la celebración de la festividad de Asunción de María a los cielos. 

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Según los historiadores locales, la Nit de l'Albà se organizaba con el fin de ahuyentar las fuerzas del mal en la víspera de los días grandes de Elche, disparando todo tipo de fuegos artificiales y encendiendo luminarias en gran parte de la población.

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También sabemos que en la Nit de l'Albà se disparaban cohetes en honor a la Virgen de la Asunción, Patrona de Elche, a modo de ofrenda por cada hijo.

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En la actualidad, la noche del 13 de agosto, día en el que se celebra la Nit de l'Albà, es la gran fiesta de los ilicitanos.

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El espectáculo, que sigue mantiendo una estructura de ofrenda de fuegos artificiales en honor de la Patrona y personas fallecidas, comienza a las 23:15 horas con el disparo de palmeras de color desde distintos puntos de la ciudad.

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A las 23:30 horas se inicia el tradicional cohete ofrenda, (la cohetà) cohetería que se combina con el disparo de las palmeras de color. 

 

A las 23:57 horas termina el disparo de cohetes y palmeras, tanto oficiales como de particulares. En ese momento se apagan las luces del alumbrado público, gesto al que también responden los vecinos de Elche sumándose así a un momento de recogimieto en plena oscuridad.   

 

Entonces la ciudad guarda silencio con el único sonido del canto del Gloria del Misteri que suena a través de un sistema de megafonía que se instala junto a la basílica de Santa María. La música termina con la llegada de la medianoche y el disparo de la que es considerada la mayor palmera de fuegos artificiales del mundo, la Palmera de la Virgen, la Palmera de la Mare de Déu.

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La Palmera de la Virgen se dispara desde el campanario de la basílica Santa María alcanzando 300 metros de altura y 700 de diámetro. Su color es blanco perla y desde que se lanza hasta que cae permanece encendida cerca de 25 segundos.

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Cuando la Palmera de la Virgen o de la Mare de Déu termina su ciclo se enciende una estructura metálica con bengalas formando la silueta de la Patrona de Elche. Esta estructura permance colgada en lo alto del campanario. La silueta incandescente de la Virgen se mueve mirando a toda la ciudad, como si se tratara de una bendición a toda la población. 

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Cuando termina este emocionante e inenarrable momento para Elche, se produce el volteo de campanas anunciando los días grandes para la ciudad. Comienza entonces el día de la Vespra de la Asunción de María.

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En los primeros minutos de la madrugada del 14 de agosto los ilicitanos desde terrazas, balcones, ventanas y en la vida pública entonan la tradicional habanera "Aromas Ilicitanos".

 

La noche se cierra comiendo sandía para refrescar las gargantas ahogadas por la emoción, el calor y la pólvora de tan espectacular noche.